sábado, 11 de septiembre de 2010

A la mujer de mis sueños

A la mujer de mis sueños
le pido cada mañana
que despierte mi alma en pena
con besos y cuchilladas.

A la mujer de mis sueños
le regalo jardines flotantes,
hojas de olivo y sal en copa
para que la vierta en sus mares.

La mujer de mis sueños
me hace llorar al contemplar
sus rapsodias sin palabras,
las rosas negras de su mirar.

A la mujer de mis sueños
le construí un castillo de cartas.
Para vivir entre picas y diamantes,
entre tréboles y corazones.

A la mujer de mis sueños
le ruego que desvele y proteja mi inconsciencia.
Que con besos  y caricias la defienda
de los demonios de la tristeza.

A la mujer de mis sueños
le tatúo versos en las pestañas,
mientras sus lagrimas bebo,
arrancando sus párpados a estocadas.

La mujer de mis sueños
se entrega en la oscuridad secreta.
Tan secreta que ni ella ni yo lo sabemos
y esperamos en vela un amanecer.

A la mujer de mis sueños
le hice prometer
que nunca escaparía de  ahí.




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